faros

           Los faros son inseparables del paisaje costero. 
         Erguidos sobre cabos y promontorios, 
         están envueltos en una aureola de romanticismo. 

Entre los de Biz­kaia cabe destacar el de 
Punta Galea en Getxo,


Ca­bo Billano en Gorliz,

 

Santa Catalina en Lekeitio,


y el que se alza en el punto más saliente de la costa vasca, 
el cabo Matxitxako, en Bermeo.


FARO DE PUNTA GALEA,  Getxo

Al lado del Molino de Aixerrota comienza un paseo junto a los acantilados 
de La Galea desde donde se disfruta de la mejor vista panorámica del Abra. 
La Galea deriva de la palabra francesa "gale" que significa acantilado.


Toda la zona guarda una gran similitud con los famosos acantilados de 
gres blanco de Normandía en Francia y Dover en Inglaterra.
Este área de esparcimiento para muchos habitantes de Getxo, 
y de fuera del  Municipio, cuenta con verdes campas y bosques de pinos,
lo que da como resultado un entorno ideal de contacto con la naturaleza.


A lo largo de este tranquilo paseo se encuentra El Faro de La Galea,
el primer faro que encontramos en Euskal Herria entrando desde Cantabria.
Posee una finca bastante grande, rodeada de vegetación, 
y una pequeña torre.
Se encendió por primera vez en 1.852 con un alcance de 10 millas. 

 

FARO DE CABO BILLANO,  Gorliz

Cabo Billano es un faro moderno, de 1.990, 
con un diseño bastante vanguardista que eleva su blanca torre 
hasta los 21 m y se situa sobre un impresionante acantilado de 165 m, 
lo que le da un alcance de 29 millas.

.

El faro está actualmente integrado en un parque natural protegido,
por lo que el acceso desde la playa de Gorliz sólo puede hacerse
caminando unos 40 minutos cuesta arriba,
y hay un centro de interpretación del parque a mitad de camino.


El recorrido que lleva hasta el faro da una idea de las duras condiciones 
del mar cuando hay temporal, ya que toda la bahía queda cubierta 
de blanca espuma generada por las olas que baten contra los acantilados.


FARO DE SANTA CATALINA,  Lekeitio

El de Lekeitio nació como faro de recalada en 1.862, 
en un acantilado del Cabo Santa Catalina. 
Aunque está a 46 metros sobre el nivel del mar, en temporal los 
rociones del mar alcanzan el faro, que está construído en la misma
punta y con escasa visión desde tierra.
La torre tiene 13 metros y su alcance es de 24 millas.


En sus inmediaciones hay una capilla a la que acuden las familias 
de los marineros cuando el temporal arrecia.
En 1935 se amplía su alcance a 12 millas gracias a una instalación 
de acetileno que sustituye a la lámpara de petróleo, 
pero mantiene la óptica y la linterna. 
Al ser una zona de frecuentes nieblas, en 1.956 
se instaló una sirena eléctrica con 6 millas de radio de actuación.


Las 24 millas de alcance actual se consiguieron con la electrificación 
y reforma de 1.957, que recreció la torre y cambió la óptica y lámpara.
Por su orientación norte y su ubicación en la ladera del monte, 
es un lugar frío y húmedo al que suelen llegar, 
con mal tiempo, los rociones de las olas.


FARO DE MATXITXAKO,  Bermeo

En el cabo de Matxitxako hay dos faros, 
el viejo en desuso y el moderno actualmente en funcionamiento.
El viejo faro, del que sólo queda en pie la torre,
se inauguró en 1.852 y estuvo en funcionamiento hasta 1.909. 
Se construyó con piedra sillar procedente de las canteras del Duranguesado.


A 110 metros de la antigua torre se sitúa el faro actual, 
que entró en funcionamiento cuando el otro se paró. 
El edificio está compuesto por la casa de los torreros, 
los almacenes y el depósito de efectos.


Tiene una planta rectangular, el cuerpo central es de dos pisos, 
y los dos cuerpos laterales son de una altura. 
La puerta principal es de arco de medio punto. 
La torre está situada en el extremo y tiene una planta octogonal
construida en mampostería con una bella cúpula de hierro fundido
laminado que aloja la luz del faro.