BIZKAIA

En el marco autonómico actual, 
Bizkaia es un Territorio Foral 
o Histórico de la Comunidad 
del País Vasco (Euskadi),
compuesta por: 
Araba, Gipuzkoa y Bizkaia.

Situada al norte 
                                            de la Península Ibérica,
     sus costas están bañadas por el Mar Cantábrico.


BILBAO
Bilbao es la capital de Bizkaia,  
la ciudad más poblada (355.000 habitantes) 
de Euskal Herria,
y su más boyante centro industrial y económico;


importancia que históricamente se explica por su ubicación estratégica en 
el mejor estuario de la costa cantábrica, a la vera de una ría, la de Nerbioi, 
en que la influencia del mar se deja sentir hasta 14 km aguas arriba, 
así como por la abundancia de mineral de hierro en sus proximidades.


“El Botxo” (hoyo en euskera) es la denominación que le damos los 
bilbaínos a Bilbao, pues la ciudad se encuentra rodeada de montes.


Hablar de los orígenes de Bilbao es remontarse a la Edad Media,
donde existía una pequeña aldea de pescadores 
situada a orillas del citado río llamado Nerbioi. 
En una de las laderas de dicho río se levantaban una serie de casas que posteriormente serían el núcleo de la villa y se le denominaría Siete Calles.
Las mismas que hoy pueden verse paseando por el Casco Viejo. 


El Casco Viejo es Monumento Histórico-Artístico 
y constituye la referencia para reconstruir la 
historia de la ciudad desde sus orígenes.


La denominación de Bilbao parece que surge por las dos máregenes de 
la ría en que se asienta, y que en euskera sería “Bi Albo” (dos lados). 


  Su nacimiento como ciudad data de 1300, 
cuando se concedió tal título a la villa y puerto de Bilbao,
que a la sazón era un pequeño enclave de ferreros, 
pescadores y comerciantes.
Desde el primer momento la ría tuvo una importancia estratégica 
y comercial por la que entraban toda clase de mercancías.

 

A finales del siglo XIV, se genera una importante actividad comercial 
no sólo fluvial, sino también aprovechando las numerosas minas que se 
ubicaban en los alrededores de Bilbao, fundamentalmente de hierro.

 
El siglo XVI fue el despegue comercial de la villa de Bilbao
 debido básicamente a su actividad portuaria.
Gracias a esta actividad comercial Bilbao empieza a expandirse;
ya en el siglo XVIII  la villa tiene la forma del actual Casco Viejo y, a causa
de la escasez de terreno, inicia su expansión hacia el otro lado de la ría.

 
Pero es en el siglo XIX cuando se produce el despegue vertiginoso 
de la urbe con la creación de los astilleros del Nervión, 
la Cámara de Comercio, la Bolsa ...

 
Este auge vino acompañado de sucesivas ampliaciones del puerto 
y de un crecimiento demográfico explosivo, cuya consecuencia sería 
la anexión de los núcleos vecinos, germen del conglomerado urbano 
que hoy se conoce como Gran Bilbao. 


Bilbao era una ciudad viva tanto industrial como culturalmente 
y este desarrollo se vió truncado en el siglo XX 
con la Guerra Civil española y la dura posguerra. 
Hacia la década de los 90, debido a las crisis del acero y el carbón 
(materiales en los que se sustentaba la prosperidad bilbaína),
la ciudad se ve obligada a realizar una reconversión,
causando una profunda transformación y renovación de la misma. 
Uno de los proyectos que más contribuyó a este cambio fue el,
en un principio polémico, Museo Guggenheim.

 
   
A partir de este proyecto, desembocaron en Bilbao los grandes arquitectos
y empezó a contemplarse como una gran ciudad que se podía vender
en el mundo entero, para lo cual comenzó la construcción del metro;
más tarde fue el Palacio Euskalduna, la pasarela Calatrava, 
la pasarela Arrupe, el parque Ametzola, 
el nuevo aeropuerto La Paloma en las inmediaciones de Bilbao,
el tranvía, la nueva Feria de muestras, BEC (Bilbao Exhibition Centre)...


Con más de 700 años de antigüedad, 
un pasado industrial recuperado actualmente para el turismo 
y con alrededor de un millón de habitantes (Gran Bilbao),
el botxo cuenta con una atractiva oferta turística que le confiere un 
carácter indispensable para los amantes del arte y la buena mesa.
Bilbao alberga uno de sus mayores tesoros:
la gastronomía, mundialmente conocida y que otorga a la ciudad
un carácter festivo que se respira en sus calles y plazas.

 

El Metro de Bilbao ha conseguido actualizar la imagen de la ciudad, 
renovando las infraestructuras de comunicaciones 
y aumentando la calidad de vida.
Ha tenido multitud de premios por su limpieza y conservación 
y tiene fama de ser el metro más limpio y cuidado del mundo.
Algunas de las bocas del mismo fueron diseñadas por el arquitecto
Norman Foster y son conocidas como “fosteritos”. 


Esta imagen de una ciudad en constante cambio contrasta con 
la idílica quietud de los paisajes rurales
que podemos encontrar a pocos kilómetros,
donde el sentimiento dominante sigue siendo el apego al caserío y la tierra;
de ahí el mimo y el celo con que se conservan espacios naturales 
como Urdaibai, en la ría de Mundaka, 
o el macizo de Gorbea, en el montuoso interior.

 

Industrial, marinera y actualmente importante referente 
en la oferta de ciudades europeas que cuentan 
con los mejores servicios culturales y turísticos,
fruto de una reconversión impoluta en su factura y de resultados visibles.


Con un idioma propio y unas costumbres arraigadas, la ciudad y 
sus habitantes reflejan un pueblo con un perfil hospitalario que redunda 
en beneficio de esta hermosa capital y de quien la visite.

 

Bilbao es una ciudad con un bello y dinámico casco antiguo, 
imprescindibles museos, exquisitos comercios, 
unos alrededores de gran belleza y unas playas espectaculares; 
todo ello conforma una oferta turística de singular atractivo.

 

Al final del río Ibaizabal - Nerbioi (la “Ría de Bilbao”),
a escasos metros de su desembocadura sobre el Cantábrico,
se encuentra el Puente de Bizkaia, Patrimonio de la Humanidad,
emblema y monumento de la revolución industrial,
que une las localidades de Portugalete y Getxo.


La Costa de Bizkaia

El litoral de Bizkaia (150 km), a un paso del Museo Guggenheim Bilbao, 
combina villas costeras y tradicionales con playas salvajes 
y entornos naturales muy bien conservados, 
como la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.


En la costa bizkaina encontraremos pequeños puertos pesqueros 
como Bermeo, Ea, Ondarroa o Lekeitio, además de pueblos turísticos 
con playas de fina arena: Plentzia, Gorliz, Bakio, etc.
 Ofrece sosiego y buena gastronomía, olas y aire cargado de salitre 
para navegar o bañarnos en él.
 Es la esencia del mar de los vascos y un lugar ideal para la práctica de 
deportes como submarinismo, vela, piraguismo, surf y windsurf.


En Mundaka, auténtico santuario del surf, rompe la mejor 
ola izquierda de Europa y una de las mejores del mundo.

RESERVA DE LA BIOSFERA DE URDAIBAI
  
Enclavada en un remanso del Golfo de Bizkaia, 
la Reserva de la Biosfera de Urdaibai (23.000 Ha) 
está situada en la comarca de Busturialdea, en Bizkaia.


Desde los acantilados y playas a los bosques y ríos del interior,
pasando por las marismas y vegas fluviales, 
en Urdaibai concurre probablemente 
la mayor diversidad paisajística y ecológica de Euskadi. 

Ría de Mundaka, corazón de la Reserva
 
    La ría de Mundaka es el centro de este excepcional enclave declarado 
Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 1984.

   
Los 12 km de extensos arenales que forman la ría en su desembocadura,
donde se mezcla el agua dulce y salada, 
constituyen la zona húmeda más importante de Euskadi.

   
Además, el entorno es de gran interés internacional por ser lugar 
de reposo e invernada de muchas especies de aves migratorias raras 
en la Península Ibérica como la garza real, el cormorán, el charrán, 
la espátula y un gran número de limícolas, que son aves que se alimentan
de animales que viven enterrados o semienterrados en los limos y arenas.

  
Concretamente, nos hallamos en el valle del río Oka, que tiene a Gernika-Lumo como población principal y numerosos núcleos habitados,
la mayoría pequeños y rurales, que componen un notable paisaje.


Es la propia ría el corazón de la Reserva.  
Recomendamos verla en diferentes momentos del día, 
para poder apreciar  tanto la bajamar como la pleamar.


   Sendas carreteras que parten desde Gernika-Lumo, 
una hacia Bermeo y otra hacia Laga-Elantxobe, 
flanquean la ría por ambos lados 
y podemos contemplarla en casi toda su amplitud.
La desembocadura, en ambas márgenes, 
ofrece también muy buenas panorámicas.
  

     En el mismo borde litoral, al este de la ría, destaca el cabo Ogoño,
imponente mole caliza donde habitan el cormorán moñudo 
y el halcón peregrino.


A sus pies se extiende la playa de Laga, muy visitada por los bañistas, 
pero que conserva todavía muestras valiosas de la especial flora psamófila 
(propia de arenales y dunas).


Frente a la desembocadura de la ría se alza solitaria la isla de Izaro, 
elemento singular del paisaje, 
que acoge una importante colonia nidificante de gaviotas patiamarillas, 
además de la recientemente instalada colonia de garcetas comunes.


En las horas de marea baja quedan al descubierto extensas playas 
-además de la de Laida- 
cerca de la desembocadura, que luego serán cubiertas por el mar.


Aguas arriba, desde la misma carretera, sobre todo desde Gautegiz-Arteaga 
a Kanala, se puede apreciar buena parte de la superficie marismeña.

Las Cuevas de Santimamiñe y el bosque de Oma

    Dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, más hacia el interior, 
hay dos lugares que hay que mencionar: 
Las Cuevas de Santimamiñe (cerradas al público) y el bosque de Oma.


Las cuevas que se formaron en las inmediaciones de la Reserva, 
por disolución de la caliza, fueron aprovechadas por 
los cazadores prehistóricos para establecer su morada.


Una de ellas es Santimamiñe, ubicada en Kortezubi, donde nos legaron 
una magnífica muestra de arte rupestre al pintar los animales que cazaban. 
Otras muchas cuevas contienen materiales (huesos, herramientas) 
que dejaron sus moradores.

    
El bosque de Oma se encuentra en las cercanías,
dentro del mismo término municipal.
Este bosque encantado apunta una nueva relación entre naturaleza y arte.


   El artista Agustín Ibarrola, al cubrir de colores y de vida cientos de pinos,
ha compuesto un inmenso lienzo que cada visitante puede recomponer
jugando con las perspectivas mientras camina... 

SAN JUAN DE GAZTELUGATXE 
 
 
Este lugar costero que conforma un hermoso paisaje, 
es uno de los principales enclaves turísticos de Euskal Herria.


Ubicado entre Bakio y Bermeo (Bizkaia), bordeando el cabo Matxitxako, 
está San Juan de Gaztelugatxe, una ermita del siglo X 
-ligada a la orden templaria- 
situada en una isla unida a la tierra por un estrecho istmo.


Su nombre significa "el castillo de la peña", 
y para acceder a la ermita es obligada la subida por una interminable 
escalera de piedra construída en el estrecho pasillo que une la roca 
(perteciente al municipio de Bermeo) 
con el resto de la Península Ibérica;
un camino que tan sólo puede hacerse a pie.

          
Una vez arriba,   
tras 10 minutos de
escalones tortuosos,
la vista es grandiosa.

Descubrimos la pequeña
ermita y, en frente, 
el refugio de peregrinos
que accedían a dormir 
allí en su periplo...

...algo arriesgado si 
tenemos en cuenta 
que con la subida 
de la marea 
y el fuerte oleaje,
el istmo puede quedar
cubierto durante 
algunas horas del día...                        El islote reina sobre la costa.

La campana de la ermita espera que intentemos alejar los malos espíritus.
Es tradición que el visitante de San Juan de Gaztelugatxe, 
una vez en la ermita, toque tres veces la campana que hay en la puerta 
mientras formula un deseo...

Y es que, cuenta la leyenda que 
San Juan llegó a tocar tierra 
en este punto de la península, 
dejando la marca de sus pies, 
algo que los creyentes opinan 
que ayuda a que visitar este 
lugar influya en la curación 
de dolencias en los pies, o en la cabeza   para ello, quienes desean aliviarse de este mal ofrecen al santo su sombrero -  e incluso afirman que ayuda a aquellas mujeres que tienen problemas para concebir hijos.


Pero, aparte de la leyenda de la tradición religiosa, 
existe una quimera más negra sobre el islote.


Afirman que en las cuevas del peñón la tan temida Inquisición 
encerraba a los acusados de herejía o brujería.

Claro que eso fue mucho antes de 1978, 
el año en el que un incendio destruyó la ermita casi por completo.


Afortunadamente para el visitante, 
ésta fue reconstruida y tan sólo dos años más tarde, 
en 1980, reinaugurada y abierta al público, 
aunque en horario de once de la mañana a seis de la tarde.


Pero la pequeña campana se encuentra fuera, justo en la puerta de la ermita.
    Golpeamos tres veces y pedimos un deseo: 
poder volver a este rincón del mundo a observar la tierra desde el mar.

  Cómo llegar:

Partimos de Bilbao
por la carretera 
BI-631, que pasa 
por Mungia, 
localidad 
agro-ganadera 
en la que destaca 
la torre de Billela. 
Si nos desviamos 
por la BI-3101, 
alcanzaremos la costa 
en Bakio,               
conocida por su amplia playa y por su txakoli.

Desde Bakio, la misma BI-3101 llega a Bermeo, pero antes debemos tomar, 
a mano izquierda, el acceso a un espacio mágico: 
San Juan de Gaztelugatxe
Un peñón unido a la costa que tiene en su cumbre una ermita.
Hay que subir los 231 escalones esculpidos en la roca para llegar a ella 
y disfrutar de unas espléndidas vistas sobre la abrupta costa, 
el mar y el islote de Aketze. 

El interior de Bizkaia

Al penetrar en las zonas del interior del territorio bizkano, 
nos encontramos con un paisaje tan accidentado y abrupto como bello. 
Sus grandes extensiones, elevadas montañas y profundos valles,
lo convierten en una zona de gran calidad paisajística, 
donde perduran mitos, leyendas, arte, 
gastronomía, fiesta y tradiciones.

PARQUE NATURAL DE GORBEIA
 

Uno de los parques naturales más destacados de Euskadi
por sus frondosos bosques, monumentos naturales,
exuberancia animal  y vegetal, y alto interés histórico.


El espacio natural de Gorbeialdea está formado por las comarcas
de Arratia-Nervión, en Bizkaia, y estribaciones de Gorbeia, en Araba.

 

Está considerado como uno de los lugares más bellos de Euskal Herria
por ser un área de incalculable valor paisajístico, cultural y natural.


Nos hallamos en el tramo centro-occidental de los montes de la divisoria
de aguas cántabro-mediterráneas y en uno de sus principales macizos.

 

Con una extensión de 20.016 hectáreas, se trata de una gran zona
montañosa compartida por Araba y Bizkaia, siendo la cumbre del
propio monte Gorbeia (1.480 m de altitud) límite entre ambos territorios.



La sierra del Gorbeia es el parque natural de mayor extensión de Euskadi.
 La altitud determina un clima de montaña, 
con frecuentes nieves invernales.
Gorbeia es un tradicional punto de referencia del montañismo
vasco por sus espectaculares vistas, y su significado legendario.


Su altura y localización le otorgaron el privilegio de ser
uno de los cinco montes bocineros desde donde, mediante cornetas
y hogueras, se enviaban mensajes al pueblo.

 

El atractivo de cimas como Gorbeiagane, Aldamin, Oketa o Berretin,
 la calidad y grandiosidad de sus horizontes, unidas a la situación
estratégica del macizo respecto a sectores urbanos próximos,
han hecho de esta sierra una de las más frecuentadas.


 Los caminos y pistas del macizo son recorridos por senderistas,
bicicletas de montaña y jinetes, actividades facilitadas por la existencia
de una Red de Sendas balizadas en el Parque,
además de los GR y PR diseñados por las Federaciones de Montaña.

 

En el parque habitan además especies animales muy destacadas,
 y la vegetación es ampliamente boscosa y diversa.


Dentro de su abundante fauna destaca la presencia de 
el halcón,el gato montés y el ciervo, 
convirtiendo este último a la zona en un gran destino para 
contemplar el espectáculo natural que supone la época del berreo.

 

En sus riachuelos y superficies húmedas, igualmente, se establecen
animales tan interesantes como la nutria o el visón europeo.


En cuanto a la riqueza floral, destacan los hayedos y robledales,
 aunque también hay zonas de encinar cantábrico y pinares.


Asimismo, hay muchas plantas acuáticas y aquí crecen múltiples hierbas
en especial peligro de extinción; plantas que solo florecen en el País Vasco.

  
 
Algunas de las visitas que no podemos perdernos durante 
nuestra estancia son los humedales de Altube, la Cascada de Gujuli, 
y las históricas localidades de Artea, Zeanuri y Murgia, 
villas con monumentos extraordinarios,
y que conservan una gastronomía y tradiciones con siglos de antigüedad.

 

Dentro del Parque Natural, o limitando con el mismo,
hay numerosas áreas con equipamiento recreativo.
En el lado bizkaino, Pagomakurre es la principal de ellas,
 mientras que en la zona alavesa se encuentra el área de la Central de Baias,
con el Parketxe o Centro de Acogida del Parque.

Variedad de paisajes
 
En Gorbeia, dos tipos de sustratos geológicos dan lugar 
a dos tipos de paisajes muy distintos.

 

Los sustratos silíceos originan formas de paisaje redondeadas y 
de tonos oscuros, y la vegetación cubre el suelo; 
la oronda cumbre del Gorbeia, 
donde se enclava la gran cruz, es el mejor ejemplo. 
Con 18 metros de altura, esta cruz, que corona la cima desde 1899, 
se ha convertido en el símbolo del Parque Natural.

 
 
Por otro lado, las calizas arrecifales muestran sus escarpadas peñas
(Aldamin, Lekanda), de tonos muy claros y superficies rocosas
con un sinfín de oquedades, grietas, simas y depresiones.

 

En definitiva, un completo muestrario de manifestaciones kársticas,
con casi 500 cavidades catalogadas en el macizo. 

 

La cueva de Mairulegorreta, con más de 12 km de recorrido
y plagada de formaciones de estalactitas,
es una de las más renombradas, junto con el "karst de Itxina",
una bella panorámica modelada por la acción del agua,
que durante siglos ha ido disolviendo la roca.

 
 
Entre las manifestaciones geomorfológicas destacaremos, además,
la cascada de Goiuria en Araba, impresionante salto de agua
de más de 100 m de desnivel labrado por el arroyo Oyardo.